Así que ha decidido abrir su casa a un refugio para gatos. ¡Felicidades! Estás ayudando a detener el problema de la sobrepoblación de gatos y posiblemente hayas salvado la vida de este gato.
Será útil saber qué esperar cuando lo traiga a casa. Habrá una serie de cosas a tener en cuenta, tanto físicas como de comportamiento. El gato que parecía cariñoso mientras estaba en una jaula puede volverse tímido, retraído o incluso agresivo de repente. Una planificación previa cuidadosa ayudará a evitar muchos problemas inherentes.
Tu gato de refugio puede tener problemas médicos
Debido a las condiciones de hacinamiento de muchos refugios de animales, es casi inevitable que su gato recién adoptado haya estado expuesto a enfermedades y parásitos. Es importante que lo hagas examinar antes de traerlo a tu casa, especialmente si hay otros gatos en tu casa. El mejor plan es programar una cita con su veterinario para el día en que recogerá a su gato. Su veterinario puede pedirle que traiga una muestra de heces y querrá ver los registros médicos que el refugio pueda proporcionar. Si este es su primer gato y no tiene un veterinario, los funcionarios del refugio probablemente puedan hacerle una recomendación. Estas son algunas de las cosas que su veterinario verificará:
- Parásitos
Las pulgas, garrapatas y gusanos son comunes en los refugios llenos de gente. También se puede encontrar tiña, una infección fúngica zoonótica. Si una prueba fecal revela gusanos (más a menudo gusanos redondos o tenias), se le dará un medicamento para librar al gato de gusanos. En el caso de las tenias, se le darán consejos sobre cómo tratar las pulgas con un baño y/o un producto tópico para el control de pulgas. - Prueba para enfermedades potencialmente mortales
Muchos gatos de refugio vivieron (o nacieron de madres que vivieron) en las calles y pueden haber estado expuestos al FIV (virus de inmunodeficiencia felina) o al FeLV (virus de la leucemia felina). No querrá llevar estas enfermedades a otros gatos, por lo que es de alta prioridad realizar pruebas para detectarlas. Su veterinario recomendará vacunas según los resultados de estas pruebas y el entorno en el que ha estado el gato. - Otras enfermedades transmisibles
Un gran porcentaje de gatos en refugios son portadores de URI (infecciones de las vías respiratorias superiores). Los más comunes son: calicivirus felino, rinotraqueítis (virus del herpes felino), clamidia felina y bordetella. Los síntomas incluyen ojos llorosos, congestión nasal, estornudos y temperatura elevada. Los gatos de los refugios también pueden haber estado expuestos al virus de la panleucopenia felina (moquillo felino), que es especialmente grave para los gatitos jóvenes. Si su gato ha contraído alguna de estas condiciones, su veterinario discutirá las opciones de tratamiento. Si su gato obtiene un certificado de salud limpio, se discutirá el cuidado preventivo que incluye un plan para las «vacunas básicas», vacunas que se recomiendan para todos los gatos, excepto los muy viejos o muy enfermos. - Hallazgos del examen físico
Mientras verifica las condiciones antes mencionadas, su veterinario realizará un examen físico completo de su nuevo gato, incluida la palpación del abdomen y la verificación de bultos y protuberancias. Luego le administrará las vacunas indicadas. Si el gato no ha sido castrado, se discutirá un plan para la cirugía.
Llevar a tu gato del refugio a casa
Tu nuevo gato ya ha tenido un día difícil y probablemente estará estresado cuando lo traigas a casa. Lo más probable es que esté acostumbrado al ambiente cerrado de una jaula de refugio, por lo que sería mejor mantenerlo confinado en una habitación pequeña y segura durante los primeros días, especialmente si hay otros gatos en la casa.
Deje que su gato establezca las reglas al principio. No se sorprenda si el gato se esconde debajo de la cama durante varios días. Mientras haya acceso fácil a comida, agua, una caja de arena, un lugar para dormir y uno o dos juguetes, estará bien. Lo más probable es que cuando no estés en la habitación, salga a comer, use la caja de arena o explore.
Aumente gradualmente su tiempo juntos. Habla con tu gato cuando estés en la habitación segura. Es posible que desee sentarse en una silla y leer un libro. Se recuperará cuando finalmente se sienta seguro contigo, pero no te apresures. Cuenta tus victorias en pequeños incrementos: la primera vez que te mira desde debajo de la cama; la primera vez que juega contigo con una varita mágica; la primera vez que toma una golosina que le ofreces. Cuando finalmente salte y se siente en tu regazo, sabrás que ahora está tu gato, y ya no es un gato de refugio.