El entorno de su perro está lleno de toxinas potenciales. Aunque hace todo lo posible para mantener las sustancias venenosas alejadas de su perro, la exposición a toxinas aún es posible. Al saber qué buscar, es posible que pueda salvar a su mascota del efecto del envenenamiento.
1. Babeo o espuma en la boca
Muchos perros experimentarán irritación en la boca después de comer o masticar algo tóxico. Esto es especialmente común después de que un perro mordisquea una planta venenosa o prueba una sustancia química tóxica. Si nota que su perro está babeando o echando espuma, intente identificar lo que estaba masticando o comiendo, retírelo del alcance de su perro y guárdelo en caso de que necesite una muestra. Póngase en contacto con su veterinario para obtener asesoramiento sobre los próximos pasos.
2. Malestar GI
Muchas toxinas causan irritación gastrointestinal que provoca náuseas, vómitos y diarrea. Los perros pueden perder el apetito primero antes de que se desarrollen otros signos. En algunos casos, es posible que vea sangre en el vómito o las heces.
El vómito es a menudo el primer signo de ingestión de drogas, ingestión de plantas venenosas e ingestión de alimentos tóxicos. Si su perro comienza a vomitar repentinamente, no debe ignorarlo. Busque evidencia de ingestión de toxinas y comuníquese con su veterinario.
3. Letargo
Las toxinas pueden afectar negativamente a los órganos y las funciones corporales, lo que hace que el perro se sienta enfermo e incómodo. Muchos perros se cansan y se vuelven apáticos cuando se sienten enfermos. Además, algunas toxinas, como el veneno para ratas, pueden provocar hemorragias internas. Esta pérdida de sangre puede provocar letargo. Xyliltol, un edulcorante artificial, puede causar un nivel bajo de azúcar en la sangre que también puede hacer que los perros se vuelvan letárgicos.
4. Convulsiones y temblores/espasmos musculares
Muchas toxinas afectan el sistema nervioso y/o los músculos. Esto puede provocar convulsiones, temblores o espasmos musculares involuntarios. Los medicamentos recetados y las plantas tóxicas suelen ser los culpables. Si su perro comienza a temblar o contraerse de forma involuntaria, puede ser una buena idea grabar un video de las señales. Mire a su alrededor para ver si puede encontrar toxinas. Se debe considerar la posible ingestión de toxinas a menos que su perro ya tenga una afección como la epilepsia. Asegúrese de contactar a su veterinario al primer signo de espasmos musculares, temblores o convulsiones. Muchas toxinas pueden actuar rápidamente y provocar la muerte o enfermedades graves.
5. Colapso
Ciertas toxinas actúan rápido y pueden hacer que un perro se derrumbe antes de que se vean otros signos. Esto es más común con cualquier toxina que afecte la circulación o la función cardíaca, como medicamentos recetados, sustancias ilícitas y productos químicos, pero también puede ocurrir con la ingestión de plantas y mordeduras de serpientes. Si su perro colapsa repentinamente o pierde el conocimiento, se trata de una situación de emergencia. Lleva a tu perro a la oficina veterinaria abierta más cercana.
6. Problemas para respirar
Las toxinas que afectan el sistema respiratorio pueden causar sibilancias, dificultad para respirar, dificultad para respirar, respiración lenta y dificultad para respirar. También puede ver que las encías se vuelven de color azul. Si su perro tiene problemas para respirar de cualquier tipo, debe tratarse como una emergencia. Lleve a su perro al veterinario abierto más cercano.
7. Temperatura corporal anormal
A medida que una toxina hace efecto en el cuerpo, es posible que vea que la temperatura de su perro sube o baja. La temperatura corporal baja (menos de 100 grados Fahrenheit) se llama hipotermia. La fiebre y la temperatura corporal elevada (más de 103 grados Fahrenheit) se denomina hipertermia. Los temblores musculares continuos o la actividad convulsiva pueden hacer que la temperatura corporal aumente rápidamente. Si sospecha que su perro tiene demasiado frío o calor, debe verificar la temperatura (por vía rectal, si es posible). Comuníquese con su veterinario si la temperatura de su mascota es elevada o más baja de lo normal.
8. Llagas o quemaduras
Las sustancias cáusticas pueden causar llagas o quemaduras en la piel y en la boca. Muchos químicos dañinos pueden irritar la piel y la cavidad bucal si un perro entra en contacto con ellos. Ciertas plantas también pueden lesionar o irritar la piel, especialmente cuando se mastican. Enjuagar el área afectada puede minimizar la irritación, pero aún así es importante contactar a su veterinario para obtener más consejos.
9. Encías pálidas, azules o amarillas
Algunas toxinas afectan el cuerpo de maneras que se pueden ver en las membranas mucosas (encías, lengua, párpados, cavidad oral). Por ejemplo, la ingestión de cebollas puede provocar anemia y encías pálidas. La pérdida de sangre por veneno para ratas y otras toxinas que causan sangrado también hará que las encías se vean pálidas. Ciertas plantas y medicamentos tóxicos que afectan el hígado pueden hacer que las encías se vean amarillentas (ictericia). Las toxinas que afectan los sistemas cardiovascular o respiratorio pueden provocar encías de color azul.
10. Hinchazón
La cara o las extremidades de un perro pueden hincharse después de la exposición a la toxina. Esto es más común después de que un perro es mordido por una serpiente o picado por un insecto. Si nota hinchazón en un área del cuerpo de su perro, podría significar un problema. Póngase en contacto con su veterinario para obtener más consejos. Una foto puede ser útil si parece difícil de describir.
11. Cambios de comportamiento
Su perro puede volverse muy hiperactivo o excitable después de ingerir una toxina. Esto ocurre a menudo después de que un perro come un estimulante como chocolate, cafeína o medicamentos. Por el contrario, su perro puede deprimirse o incluso responder mínimamente, especialmente si su perro ingirió un sedante o alcohol. Los perros se describen comúnmente como «borrachos» en las primeras etapas de la ingestión de anticongelante. El tiempo es esencial en muchas toxicidades, por lo que no se deben ignorar los síntomas. Cualquier cambio de comportamiento extremo justifica una llamada al veterinario.
Advertencia
Póngase en contacto con su veterinario primero si sospecha que su perro ha estado expuesto a una toxina. Si esto ocurre cuando su veterinario está cerrado, comuníquese con el veterinario de emergencia más cercano para obtener asesoramiento.
Asegúrese de proporcionar la mayor cantidad de información posible sobre la sustancia tóxica, incluida la información del paquete (si corresponde/disponible), cuándo ocurrió la exposición, cuánto se ingirió o tocó, y cualquier señal que muestre su perro. También necesitará saber el peso aproximado de su perro e información sobre su historial médico. Enumere todos los medicamentos y suplementos que recibe su perro. Esté preparado para discutir las señales que ha visto en su perro.
Su veterinario puede decirle que entre de inmediato, o puede recibir instrucciones de cuidado en el hogar. Nunca induzca el vómito sin que un profesional veterinario se lo indique, ya que algunas toxinas causan más daño cuando se vuelve a vomitar. Es posible que deba enjuagar el pelaje, los ojos o la boca de su perro si la piel entró en contacto con una de estas áreas.
Es posible que usted o la oficina de su veterinario deban comunicarse con una agencia de control de envenenamiento para obtener asesoramiento sobre cómo proceder. Estos servicios cobran una tarifa a la persona que llama, pero ofrecerán las mejores opciones de tratamiento según la evidencia. Un antídoto puede estar disponible para la toxina. En algunos casos, se necesita un tratamiento de apoyo en un entorno hospitalario.
Si sospecha que su mascota está enferma, llame a su veterinario inmediatamente. Para preguntas relacionadas con la salud, siempre consulte a su veterinario, ya que ellos han examinado a su mascota, conocen el historial de salud de la mascota y pueden hacer las mejores recomendaciones para su mascota.