La rabia es un virus mortal que daña el sistema nervioso central de los animales de sangre caliente. Esta enfermedad zoonótica puede propagarse a personas y otros animales, generalmente a través de mordeduras de personas que ya están infectadas. La rabia es más común en la vida silvestre como mapaches, zorrillos y murciélagos, pero también puede infectar a perros y gatos domésticos, así como a cualquier otro animal de sangre caliente.
El número de casos de gatos con rabia en realidad supera a los de los perros. Esto quizás se deba a que a los gatos se les permite con mayor frecuencia vagar libremente afuera y pueden entrar en contacto con la vida silvestre rabiosa o con animales callejeros, especialmente durante la noche. Además, muchos gatos no se vacunan de forma rutinaria contra la rabia.
Después de que un gato ha estado expuesto a la rabia, pueden pasar semanas o meses antes de que aparezcan los signos. Una vez que aparecen signos de rabia en un gato, la muerte generalmente ocurre dentro de los 10 días. No hay tratamiento para la rabia en los animales. Esta es la razón por la cual la vacunación contra la rabia es absolutamente esencial para todos los gatos.
Los signos de la rabia en los gatos generalmente se dividen en tres categorías: prodrómicos, excitativos/furiosos y paralíticos.
